martes, 28 de diciembre de 2010

lo que somos...]


La luz intermitente que cruza por la ventana, luces de la noche, objeto de esclavos nocturnos que vivaces embrujan el alma inocente.

Una orquesta sin fin que pasa con desinterés a los oídos de quienes habitan hay, un cielo sin estrellas, sin astro nocturno y la adicción al disfraz que cada uno porta los ha convertido en vagabundos de su propi alma, un conde disfrazado de virrey, tristeza disfrazada de regocijo y jubilo.
Corderos deseosos de ser lo que no son, vivir una vida que no es la suya, bebiendo del néctar de la injusticia y la intolerancia.                                                                                                                            Convirtiendo en solo una burla a quienes cansados y artos de tanto fingir, rompen la máscara que los cubre de la realidad y se liberan de las ataduras, de las estúpidas reglas inútiles que los limita a expresar, explorar, disolver sus dudas que los obligan a permanecer sumisos y ciegos de lo que ocurre mas allá de lo que creen ver.

-¿Que privilegio tiene el clero, de que privilegio goza el monarca, de beber los zumos de las cosechas que nosotros plantamos mientras de nuestro lado morimos de hambre y sed?-

La verdad se descubrirá extramuros pero mientras tanto la comprensión de la sociedad pasara de esa percibida. La taza la cual se vierte la posibilidad de aquel deseo de una princesa, se desvanece lentamente, el curso de aquella inocente sonata que cantaban se borro de los días que estuve ahí y el xilófono que de joven tocaba se arruino
La calidez y la pureza se desvaneció en un juego de niños abriendo los ojos a la realidad, buitres que se alimentan de otros para obtener sus mas frívolos deseos; el niño que soñaba con ser astronauta se convierte en político corrupto deseoso de riqueza, la pequeña princesa, que ahora usa sus  encantos para concebir joyas y objetos materiales.

-¿Dónde quedo nuestro ser, donde quedamos?-

Sencillo, quedamos junto a los recuerdo de la infancia, junto los juguetes que usábamos, junto aquellas largas palabras para expresar nuestro amor…

-¡que deliciosisima comida mami!-
- ¡te quiero muchisisimo!-

Solo sombras de lo que solíamos ser
Solo sombras quedo de nosotros
Solo sombras en la comunidad
Y aun siendo sombras, atadas y negadas a intentar liberarnos.


Muertos que fingen vivir, fingen que lo que hacemos no está mal, que nunca existió en nosotros la debilidad de niño.                                                                                                                                            Debilidad ellos lo llaman, yo lo llamo amabilidad, gentileza, ternura…  



Las dotes más valiosas del hombre se borran tras guerras, asesinatos, mentiras, ignorancia, tras el miedo… tras ellos.




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